El Código Oculto de la Arquitectura.


Viendo días atrás las películas del Código Da Vinci y Ángeles y Demonios, aunque son películas basadas en novelas de ficción, en todas mostraban que la clave para resolver los enigmas era a través de edificaciones y elementos urbanos, y de inmediato despertó en mí, la curiosidad sobre la existencia de códigos ocultos en los hechos arquitectónicos, más allá, de lo que los diseñadores tratan de expresar.
Algo si es muy cierto, desde que la historia es conocida, algunos de los grandes pensadores ya estaban motivados a generar códigos ocultos en sus obras; el caso de Platón, que exploró varias ciencias entre ellas la filosofía, la física, y la matemática, ocultaba entre sus escritos partituras de obras musicales; que según un investigador de la Universidad de Manchester, platón, utilizó un patrón regular de símbolos, heredados de antiguos seguidores de Pitágoras, para dar a sus escritos una estructura musical.
Cuantos no han estudiado las diferentes obras de Leonardo Da Vinci: por ejemplo la Santa Cena, que ha sido analizada, investigada y estudiada con el fin de descubrir los posibles códigos ocultos, sin que puedan extraer algo concreto, que no sean los diferentes criterios estéticos utilizados por el autor para elaborar esta gran obra, algunos han estudiado sus ejes predominantes, otros la combinación de colores, y algunos hasta la apariencia morfológica de cada uno de los elementos que constituyen la composición artística, logrando solo un caudal de especulaciones, que ciertos  analistas han sacado buen provecho, porque le han permitido convertir algunos estudios en best seller # 1  en ventas. Y por supuesto no podemos dejar de comentar, otra obra, La Mona Lisa; que si muchas de las obras de Da Vinci han sido analizadas, esta es la que más enigmas ha arrojado, a lo largo de los siglos, y que por lo que he leído recientemente, han descubierto que existen ciertos códigos generados por números en el iris de los ojos de la pintura; la cual expresan las iniciales del nombre de la modelo. Lo cierto es que seguirán investigando los códigos que presuntamente están en sus grandes obras.
Otro ha sido Miguel Ángel, según los estudiosos, están llenos de códigos ocultos, como su gran obra de la Capilla Sixtina, algunos lo presentan como un ilustrador de imágenes y elementos camuflados en sus obras, y me pregunto será por lo que a pesar de los siglos estas obras se han mantenido admiradas por los más importantes críticos de las artes plásticas.
Después de comentar, Las obras de algunos de los grandes teóricos, donde además de su genialidad, han estado rodeados de investigaciones, sobre los códigos secretos a través del tiempo, veamos como también en las obras Arquitectónicas han sido investigadas para poder descubrir si existen en ellas códigos ocultos o patrones secretos que estén implícitos a simple vista o de forma subliminar.
Se ha dicho incesantemente que la Arquitectura en cada momento de la historia ha estado cargada de códigos ocultos que pretendían según las intenciones del arquitecto o del individuo que la ha solicitado.
La Arquitectura a lo largo de la historia ha sido la respuesta a las necesidades del hombre en un contexto específico, respuesta cargada de símbolos; productos de formas, usos, materiales y funciones. Pues bien, debemos enfatizar el análisis sobre la existencia de códigos ocultos en la arquitectura. 
Ahora, esta carga simbólica debe ser cuidadosamente bien estudiada, ya que un exceso de esta provocaría que la edificación se convirtiera en un monumento desapareciendo el hecho arquitectónico.
El simbolismo en la arquitectura se aprecia fácilmente en los diferentes periodos de la historia.
Lo observamos en los imperios vividos por la humanidad; desde los egipcios, podemos apreciar claramente el símbolo del poder que el gobernante deseaba expresar en las obras Arquitectónicas, era tan impresionante el dominio que deseaba expresar, que hasta en sus edificios funerarios presentaban la posibilidad de mantener su poder eternamente después de la muerte.
 En la época feudal; se imponía el simbolismo del poder, creando castillos y murallas alrededor de los pueblos con el propósito de infundir seguridad, o como en las ciudades italianas donde se planteaban torres de gran altura con el objeto de simbolizar su independencia con el resto de las otras ciudades.
En el mismo renacimiento y barroco, la arquitectura religiosa poseía una carga simbólica muy claramente identificada del poder de la iglesia y su influencia en la sociedad de la época.
Luego llegamos a la arquitectura moderna con sus estilos o modismos. Encontramos, por ejemplo; el Neoclasicismo, basado en el empleo de elementos del clasicismo donde imperaba el contenido del poder, pero ahora con un nuevo simbolismo ideológico del dominio del estado, dependiendo del régimen político, donde se emplazaba el hecho arquitectónico. Así nos conseguimos con una corriente historicista, que la podemos apreciar en la Rusia de Stalin, en la Italia de Mussolini o en la Alemania de Hitler.
 En Norteamérica, el neoclasicismo se enraíza profundamente, como se evidencia en el diseño de los edificios del poder; un ejemplo, el Capitolio o del planteamiento urbano de Washington DC, estilo que fue usado en casi todos los estados para identificar el asentamiento del gobierno local. Así que este estilo neoclásico llamado historicismo, entra en América, con rasgos particulares o códigos que representan un racionalismo de la sociedad en un estado democrático y capitalista, donde este simbolismo que fue siempre único y exclusivo para representar el poder político es ahora compartido por el poder económico. Creando el simbolismo que actualmente es compartido mundialmente.
Y actualmente existe en este momento una nueva carga simbólica, que ha fomentado la tecnología mediática del mundo globalizado, esto ha fomentado un dinámico formalismo que trata de codificar una arquitectura globalizada, el cual podrá ser emplazado en cualquier lugar del planeta, con algunos pequeños cambios, y creo que llegará al punto que podemos conseguir una arquitectura, que se apartará de los códigos esenciales que deben mantenerse en ella al producirla. (pero eso será otro tema que luego podemos comentar).
Bien cómo podemos observar, la carga simbólica de la Arquitectura, en cierta manera, están inmersas en las diferentes épocas de la historia de la humanidad; de una manera consciente o inconsciente y me refiero de una u otra manera, porque al igual que cualquier elemento que se pueda percibir, la Arquitectura transmite estímulos sensoriales, que pueden generar sensaciones subliminales.
 Analicemos un poco esta apreciación y cómo se origina esto; Se sabe que cualquier objeto genera estímulos o sensaciones, que al llegar al cerebro éste los interpreta de una u otra forma, pero no todos los objetos generan los mismos estímulos, ya que algunos tienen una mayor carga energética que otros, debido a la forma en la cual está estructurado el objeto de percepción, y esto es a consecuencia de su organización formal y espacial o a través de sus esquemas funcionales.
Según un artículo que habla de la arquitectura subliminal, al no producir los objetos los mismos estímulos, algunos superan los umbrales de la percepción y se llega a ser conscientes de ellos, pasando a formar parte de nuestra memoria reciente, pero otros de los que no somos conscientes pasan a formar parte de nuestra memoria a largo plazo quedando como estímulos subliminales, que se activan cuando se generen las condiciones previamente establecidas. Frank Lloyd Wright, decía que la forma de percibir es la forma de ser. Y por esto que la Arquitectura define casi siempre nuestro campo de percepción, estamos inmersos en ella, obtenemos una incesante cantidad de estímulos que son fuentes de información a la Arquitectura subliminal, permitiendo transmitir sensaciones más allá del momento en la que fue vivida. 
John Ruskin dijo: “Podemos vivir sin arquitectura y practicar el culto sin ella, pero no podemos recordar sin su auxilio”. Aquí da énfasis, en forma contundente, que la arquitectura genera un conjunto de percepciones que se arrojan algunas en nuestra memoria en forma inmediata y otras que permanecerán en forma subliminal permitiendo que la obra de arquitectura funcione y se mantenga en el tiempo. Y cuando él enfatiza: “no podemos recordar sin su auxilio”, nos confirma otra apreciación que nos permite concluir que cuando recordamos, el cerebro está percibiendo las sensaciones de los diferentes símbolos de una manera consciente o subliminal.
Símbolos que podrán ser aceptados o apropiados por el individuo, estos deberán formar parte de un sistema de símbolos comunes que pertenezcan a la memoria colectiva, y que es conocida con el nombre de CULTURA.
Entonces pudiendo resumir que la Cultura, no es más que una estructura de símbolos que pertenecen a una civilización o sociedad específica.
Concluyendo con lo siguiente: Si la Arquitectura sugiere mensajes ocultos o subliminales, estos deberán ser cuidadosamente bien estudiados, ya que, sin una profunda conciencia del arquitecto, sobre lo importante de este instrumento en la arquitectura, podría provocar pensamientos automáticos inconscientes y afectar las emociones, de manera positiva, pero que mal utilizada podría provocar un desequilibrio, y un abandono cultural en el contexto o lugar donde se ubique.


Nota: 

Este artículo, al igual todos los que comentamos trata de exponer en una forma sencilla, sin un léxico profundamente técnico, diferentes aspectos sobre la Arquitectura, que despierten nuestra curiosidad o interés, apoyándonos en comentarios y escritos de otros autores que han sido motivados al igual que yo, en este fascinante mundo del diseño de las formas y del espacio para que pueda ser usado por el hombre.



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